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9-7-2013|11:32|Lesa humanidad Buenos AiresProvinciales
En el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata

Empezó el juicio por la apropiación de Elena Gallinari Abinet

Hoy comenzó el juicio por la apropiación de Elena Gallinari Abinet, la primera nieta nacida en cautiverio recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo. Los acusados son sus apropiadores: el ex subcomisario Domingo Madrid y su esposa María Mercedes Elichart, y la médica que firmó el acta de nacimiento Silvia Kirilovsky.

  • Elena Gallinari Abinet, en el juicio que les empezó a sus apropiadores. Leo Vaca.
Por: Vanina Escales

El juicio por la apropiación de Elena Gallinari Abinet en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata comenzó una hora después de lo previsto. Los presentes hoy en la audiencia hicieron los rituales formales según sus roles y debieron, antes que nada, formar fila para acreditarse: pulsera roja para los familiares de los acusados y prensa, pulsera azul para el público en general. El tribunal funciona en lo que debe haber sido un cine-teatro. Por sus comodidades y disposición, en el escenario están los fiscales, los abogados querellantes, los abogados de los acusados, los jueces, las secretarias del tribunal. En las butacas de la platea y del primer piso –una suerte de paraíso– los espectadores. Los jueces a cargo son Carlos Rozanski, Pablo Jantus y Pablo Vega.

El proceso se lleva adelante contra los apropiadores Domingo Luis Madrid, María Mercedes Elichart y la médica que firmó el certificado de nacimiento, Silvia Marta Kirilovsky. El juicio empezó 26 años tarde: Elena era una nena de diez cuando fue encontrada y restituida a su familia en 1987. Podría haber pasado con cualquier nieto recuperado, pero ella fue la primera rescatada de todos los niños que nacieron en cautiverio. Su caso constituyó la prueba material de que las embarazadas secuestradas por la dictadura habían parido a sus hijos y que los chicos estaban en algún lugar.

A diferencia de otros nietos, ella supo que no era hija biológica del matrimonio que la estaba criando. El ex subcomisario y su esposa le contaron dos cuentos: en uno le decían que la habían encontrado en un baldío. En el otro, que había nacido en la comisaría 5º de La Plata. Elena no sabe dónde nació. En su declaración de hoy en el juicio hizo un pedido de humanidad a su apropiador para que diga lo que cree que sabe: su lugar de nacimiento y el de detención de su madre.

María Leonor Abinet fue secuestrada en septiembre de 1976 cuando estaba embarazada de siete meses. No hay testigos que la hayan visto, no se sabe en qué centro clandestino estuvo detenida, si sufrió traslados. No se sabe nada del tiempo transcurrido entre su secuestro y su muerte. En 1984 exhumaron restos de cinco personas enterradas como NN  en el cementerio municipal de General San Martín: cuatro mujeres que habían estado embarazadas y un varón. Elena y su familia dejaron muestras de sangre en el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que determinaron, en abril de 2011, que entre aquellos restos estaba su madre.

Con estos retazos de datos intenta reconstruir su historia: “Es empezar por el final. En los otros casos de hijos de desaparecidos, en general saben dónde fue vista la persona que buscan, por dónde pasaron y quieren encontrar los cuerpos. Yo tengo los restos y desde acá tengo que ir para atrás hasta donde estaba con vida”, contó a Infojus Noticias. Durante su declaración resaltó esto como una victoria. “Ella volvió con nosotros, está en nuestra casa”, dijo. Su padre, Miguel Ángel Gallinari, secuestrado el 23 de junio de 1976, continúa desaparecido.

La causa por la apropiación había sido cerrada por el juez federal Manuel Blanco, que la consideró prescripta. Pero en 2005 Elena y su familia lograron que se revocara ese cierre, por considerarse un delito de lesa humanidad.

Hoy los imputados se negaron a declarar. Durante años, además, obstruyeron el avance de la causa, al punto de que Elena estuvo sin DNI hasta 1994. Los apropiadores insistían con que eran “sus padres biológicos”. El día de su restitución, Madrid le dijo: “No te preocupes que te vamos a recuperar”.

Ese día fue también el comienzo de otra historia familiar, la que siempre debió haber sido. Conoció a su abuela Leonor Isabel Alonso, que la buscó siempre, a sus tíos maternos y paternos, a primos, a Abuelas de Plaza de Mayo. Todos habían estado esperándola: “Cuando conocí a mi familia en el juzgado, ese día, me sentí parecida, me sentí parte, tuve una sensación de libertad”. Los primeros tiempos fueron de adaptación y también de miedo. Sus apropiadores llamaban por teléfono a la casa de Ana y Guillermo, los tíos con los que Elena vivía. “Tenía miedo por mi familia y de que me vuelvan a secuestrar”, dice.

Elena recuerda también que siendo niña encontró en la casa del subcomisario un portafolio pequeño, con fotos de mujeres tiradas en el piso, sobre pasto o paja, como si fuera algo como un granero. La sospecha es que Madrid tal vez supo o pudo haber participado de otros casos de secuestros. El hermano de Madrid, el también policía José Félix Madrid, “era un personaje pesado, parte de la patota de (Aníbal) Gordon”. “Estos indicios me llevan a pensar que él sabe dónde nací”, asegura. Cuando terminó su declaración, los asistentes del piso de abajo –público en general– comenzaron a aplaudir.

La próxima audiencia es el miércoles y prestarán testimonio dos tías de Elena y compañeros y conocidos de su mamá. Se estima que el juicio se resolverá en tres audiencias, por lo que el viernes próximo se haría la lectura de los alegatos y veredictos.

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