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Están acusados de integrar una banda que se dedicaba a elaborar y vender drogas sintéticas en fiestas electrónicas. Entre los 14 detenidos se encuentra Nicolás Pachelo, vecino del country Carmel, mencionado como posible sospechoso del crimen de María Marta García Belsunce. El juez federal 3 de Morón, Juan Pablo Salas, determinó distintos grados de responsabilidad entre los imputados.
Todo comenzó con un operativo realizado en diciembre y al que denominaron “Quinta Fest”. Con 17 allanamientos simultáneos y 13 detenciones, se centró en desbaratar una banda que se dedicaba a elaborar y vender drogas sintéticas en fiestas electrónicas. Ahora, la Justicia Federal de Morón dictó la prisión preventiva para el vecino del country Carmel, Nicolás Pachelo –mencionado como posible sospechoso del crimen de María Marta García Belsunce, en 2002– y las otras personas que quedaron detenidas y acusadas de integrar la banda.
La medida fue dispuesta por el juez federal 3 del mencionado Departamento Judicial, Juan Pablo Salas, quien resolvió que los 13 acusados sigan en prisión imputados del delito de “comercialización de estupefacientes agravada por la participación de tres o más personas”, aunque cada uno con distintos grados de responsabilidad.
Según informó la agencia de noticias Télam, el magistrado acusó al fisicoculturista Florio Lenatowicz (45) de ser el “organizador y financista” de la banda y a Pachelo (39) de encargarse de vender las drogas en las fiestas y eventos. Fuentes judiciales recordaron que, en sus respectivas indagatorias, el primero de los imputados se negó a declarar ante el juez Salas mientras que el vecino del Carmel aseguró ser inocente.
También se les dictó prisión preventiva a la ex modelo y diseñadora Marina Sokolova (33), a quien señalan como “mano derecha” de Florio; Luis Tucci (46), supuesto líder de la barra brava de Huracán; Javier Burgos (42), un relacionista público que promocionaba las fiestas; Javier Hernán Rodríguez (31); Federico Landoni (30); Diego Stamati (34); Nicolás Manrique (22); Ezequie Paniagua (27); Hugo Orlando Cueto (45); José Claudio Madarinsky (41) y Darío Fernando Oliveira (29).
En tanto, la causa tiene un imputado más: el licenciado en nutrición, Pablo Marzuolo (39), quien permanece internado en grave estado desde el 26 de diciembre cuando intentó suicidarse arrojándose al vacío desde un hotel del barrio porteño de Monserrat.
“Todavía no hemos podido tomarle declaración indagatoria, por lo que no se puede resolver su situación procesal”, informó una fuente con acceso al expediente judicial a la agencia Télam.
Marzuolo está acusado de ser el “químico” encargado de la elaboración y producción de las drogas sintéticas que la banda comercializaba y cuando allanaron su domicilio, en la localidad bonaerense de Berisso, se secuestraron elementos que indicarían que allí había un laboratorio clandestino para tales fines.
El operativo “Quinta Fest” se llevó a cabo el 20 de diciembre último tras varios allanamientos simultáneos, uno de ellos en una casa quinta de General Rodríguez en la que se llevaba a cabo una fiesta electrónica y donde fue apresado Pachelo.
Al momento de la captura, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, informó que además de estos detenidos, con anterioridad y en una causa conexa, fueron apresados tres policías federales, que son investigados como “cómplices” de las acciones narcocriminales.
En los allanamientos, el personal de Drogas Peligrosas de la Policía Federal secuestró más de 2.500 pastillas de drogas de diseño, cuatro kilos de cocaína, dos de marihuana, 76 microdosis de LSD, autos de alta gama, armas, teléfonos y dinero.
Según los funcionarios, los apresados conformaban una banda que organizaba fiestas electrónicas en quintas o locales privados, donde comercializaban las drogas entre sus asistentes, la mayoría convocados al evento mediante redes sociales. En general, en las fiestas al aire libre se montaban gazebos, dispuestos como lugares VIP, donde se vendían las drogas: éxtasis, LSD, ketamina, cocaína y marihuana, a la vista de todos los asistentes.
Según la información oficial, el rédito económico de la banda era muy elevado, ya que además de obtener dinero por la venta de drogas, cobraban las entradas entre 500 y 1.000 pesos. Para poder ingresar a esas fiestas, los asistentes debían conocer a los organizadores o ir de parte de algún conocido, o mediante relacionistas públicos, a los que conocían en boliches nocturnos.
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