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Lola Chomnalez soñaba con ser trapecista o psicoanalista. El 28 de diciembre de 2014 salió a caminar por la playa de la ciudad uruguaya de Valizas, donde estaba de vacaciones con su madrina y nunca más volvió. La encontraron muerta en las dunas a los dos días. Tenía 15 años. Hoy se cumple un año del crimen que todavía está impune. Habrá actos en Buenos Aires y en Uruguay para recordarla.  

“Lamentablemente la causa no ha avanzado”, dijo a Infojus Noticias Diego Chomnalez, el padre de la chica. Él junto a Adriana Belmonte, la madre, empujaron a la Justicia desde un primer momento acompañados por su abogado uruguayo Jorge Barrera. Los padres de Lola se rodearon de familiares de víctimas de femicidos. El 3 de junio pasado estuvieron en la plaza del Congreso para pedir un freno a las muertes de mujeres por cuestiones de género en la multitudinaria convocatoria de Ni una menos.

El “Conejo”, un artesano, un changarín, unos pescadores, un prófugo, un joven que publicó un mensaje en Facebook, los propios familiares de la víctima: los sospechosos fueron múltiples y las sospechas se originaban por distintos motivos. La seguidilla de detenciones en enero pasado fue vertiginosa. La cobertura mediática, como en otros casos similares, también colaboró con el show y el morbo. Hoy no hay ninguna persona detenida por la muerte de la nena.

Diego Chomnalez y Adriana Belmonte, los papás de Lola.

Por el Juzgado Penal de Rocha pasaron 15 detenidos desde que se abrió la investigación. Uno a uno fueron liberados por falta de pruebas. La punta del ovillo de la cual quisieron tirar los investigadores todo este tiempo fue un rastro de sangre que apareció en una toalla que Lola llevaba en su mochila. El cotejo de ADN dio negativo con las muestras de todos los sospechosos.

Tres magistrados estuvieron al frente de la causa en estos doce meses. Hoy Silvia Urioste es la jueza que está a cargo del expediente. En tanto que Rodrigo Morosoli es el fiscal.

Dos días antes de desaparecer, Lola había llegado al Uruguay junto a su madrina, Claudia Fernández, el esposo de ella Hernán Tuzinkevich y dos hijos. Habían alquilado una casa para pasar unos días de verano.  El domingo 28 de diciembre, estaban todos disfrutando de la playa cuando, se supone, Lola salió a caminar. Su cuerpo apareció a los dos días semi enterrado en las dunas, en una zona apartada. Lo encontraron dos pescadores de la zona

Mil grullas para recordar a Lola 

La familia y los amigos de Lola convocaron a un acto para las 18.30 en el Planetario porteño. En ese lugar la adolescente pasaba los días de verano y allí sus amigas plantaron un tilo en su honor en marzo pasado. En un breve acto colgarán mil grullas de papen en ese árbol para representar “paz” y “Justicia”. También soltarán globos y mariposas de papel.

A su vez, habrá una misa en la Iglesia de El Pilar, en Recoleta, al lado del lugar donde descansa el cuerpo de Lola.

El homenaje de las grullas se replicará en Valizas donde los vecinos se autoconvocaron para recordar a la nena que dos años antes de que la mataran soñaba con ser trapecista o psicoanalista.