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En el edificio ubicado en el centro porteño funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura. Organismos de derechos humanos y vecinos convocan a un acto hoy a las 18.30 para pedir que se cumpla la ley que preserva los sitios de memoria.
Organismos de derechos humanos y vecinos del barrio porteño de Balvanera realizarán hoy un acto frente al edificio del ex Batallón 601 del Ejército, en la Ciudad de Buenos Aires, y pedirán que se abra en la planta baja un espacio de memoria para recordar que allí funcionó un centro clandestino de detención y torturas durante el terrorismo de Estado.
El acto organizado por la agrupación Barrios por Memoria y Justicia de Balvanera se realizará a las 18.30 en la esquina del edificio ubicado en Callao y Viamonte, y durante el mismo se colocarán baldosas en homenaje a las personas allí secuestradas y torturadas. El edificio de nueve pisos perteneció al Ejército y fue vendido en 2003 a la Universidad de El Salvador, que actualmente realiza obras de refacción en su interior.
El lugar fue denunciado como centro de tránsito, interrogatorio y tortura de personas luego desaparecidas bajo la dictadura cívico-militar en pleno centro de la ciudad. En el mismo lugar el régimen de facto que derrocó al ex presidente Juan Domingo Perón en 1955 mantuvo oculto el cadáver de Eva Perón.
Desde que se realizan los trabajos de remodelación, vecinos y organismos de derechos humanos reclaman la suspensión de las obras y que se cumpla con la ley 26691 del año 2011, que contempla preservar los "sitios de memoria" del terrorismo de Estado.
"Solicitamos preservar el lugar y la restitución al Patrimonio Histórico para que las nuevas generaciones conozcan el sitio donde se organizó en la década de 1970 la desaparición y muerte de miles de ciudadanos argentinos y de otros países hermanos en el marco del Plan Cóndor", señala la agrupación en un comunicado. Precisa que durante los siete años que duró la última dictadura, trabajaron allí más de 1.500 agentes civiles y alrededor de 340 militares, en tanto la totalidad del personal civil de inteligencia, estimados en 800, se infiltraba en sindicatos, universidades y organizaciones políticas y sociales para recabar información.
"Esos lugares liberados del horror deben ser visibilizados ahora para mostrarnos y demostrar a los más jóvenes que la democracia es un hecho irreversible", finaliza el comunicado de Barrios por Memoria y Justicia de Balvanera.
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