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Alcira Patricia Camusso identificó a uno de los imputados, Norberto Atilio Blanco, como el médico que la revisó por su embarazo durante su cautiverio. La amenaza no fue realidad: tuvo a su hijo en octubre de 1977 en la cárcel de Devoto. La declaración de Alcira estaba grabada: la dijo en el juicio del plan sistemático y se volvió a proyectar hoy, en una nueva audiencia por el funcionamiento de la maternidad clandestina del Hospital Militar.
En el juicio oral y público por el funcionamiento de la maternidad clandestina del Hospital Militar de Campo de Mayo estaba previsto que hoy declare la imputada Luisa Yolanda Arroche de Sala García. La mujer llegó hasta los tribunales de Comodoro Py, habló con su defensor y, antes de ser indagada, se retiró del edificio. Durante la audiencia se reprodujo un video con la declaración que dio en el juicio por el Plan Sistemático de robo de bebes la testigo Alcira Patricia Camusso. En su relato la mujer identificó a uno de los imputados, Norberto Atilio Blanco, como el médico que la revisó por su embarazo durante su cautiverio. “Me preguntó para qué quería continuar con el embarazo y tener a mi hijo si me lo iban a sacar cuando lo tuviera”, relató.
La audiencia de hoy fue planificada dos veces. Y cambiada dos veces. La semana pasada, Bianco había pedido ampliar su indagatoria y el lunes anunció que no lo haría. Ese día Arroche de Sala García dijo que ella ampliaría la suya, pero hoy llegó y se fue antes de hacer uso de su derecho. El lunes 10 comenzarán los alegatos en este debate que también tiene en el banquillo de los acusados al dictador Reynaldo Bignone, al médico Eduardo Martín, y al ex jefe de la zona militar Santiago Omar Riveros.
El debate en el que se investigan los delitos de apropiación de menores y privación ilegítima de la libertad, ocurridos durante la última dictadura cívico-militar en esa guarnición militar, es un desprendimiento de la causa por Plan Sistemático, que en abril de 2011 tuvo como testigo a Camusso. La filmación de esa audiencia fue la que se transmitió hoy.
Camusso fue secuestrada por el Ejército en febrero de 1977, cuando tenía 19 años. Esa noche dormía junto a su esposo, Gabriel Rodríguez. Los dos eran militantes de Montoneros. Con ellos estaba su pequeña hija de seis meses, que quedó con una vecina. A Rodríguez se lo llevaron herido. Murió pocas horas después en el Hospital Militar, pero de eso Alcira se enteró varios meses después.
A Alcira la llevaron a la comisaría de Ramos Mejía. Les explicó que estaba embarazada. Tras tenerla varios días en un altillo sin comer, la bajaron a una celda. Fue entonces cuando “se presentó una persona que me dijo que era médico y me preguntó de cuánto tiempo estaba”, relató. “Sé que él era del Ejército –aseguró- porqué él me lo dijo”. La mujer le explicó que estaba de poco más de un mes y le pidió que le hiciera un análisis porque temía haber perdido el embarazo. El hombre le respondió con una pregunta: “Me dijo para qué quería continuar con el embarazo y tener a mi hijo si me lo iban a sacar cuando lo tuviera”, recordó.
Después Bianco le acercó un frasco de vidrio para que ella le diera su muestra de orina y poco después le confirmó que seguía embarazada. Ella le preguntó si él era ginecólogo y él le respondió que no, que era traumatólogo. Alcira le consultó si había visto a Gabriel, del que le habían dicho que se estaba recuperando de una lesión ósea, y el hombre le respondió que él “sólo veía embarazadas”. “Me contó que había visto embarazadas en las comisarías de San Justo y Castelar”, relató la mujer y explicó cómo el médico tenía una libreta chica con los nombres de todas las embarazadas a las que atendía.
Cuando le consultaron sobre las revisaciones que él médico le hacía, Alcira recordó que no era un control clásico de embarazo. “El diálogo con él era pedirle por favor que me trajeran pan, que me trajeran comida. Era la relación de un torturador con un torturado”, describió.
Unos meses después Alcira, que es ciudadana francesa y que tenía varios familiares trabajando en la Organización de Estados Americanos, que pidieron por ella, fue trasladada a la cárcel de Devoto. En octubre de 1977 tuvo allí a su hijo, Martín Gabriel. En mayo de 1978 la expulsaron del país. Se fue a Colombia con sus dos hijos y la abuela de Gabriel. “Martín fue el último bebe que nació legalmente. Fui la última embarazada que ingresó como presa política. Todo el tiempo pensé que habría pasado con mis compañeras y sus hijos”, recordó.
Tras el retorno de la democracia volvió a la Argentina y se involucró en temas de derechos humanos. Un día, mientras entraba a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo vio un cartel lleno de fotos y entre ellas reconoció la cara de aquel médico que la atendió mientras estaba presa: Norberto Atilio Bianco.
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