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Dos ex detenidas comprometieron a los médicos Luis Scala, ya fallecido, y Víctor Ernesto Moreno Recalde. Lo hicieron ante el Tribunal Oral Federal de San Luis que juzga a 29 imputados por delitos cometidos durante la dictadura cívico militar.
Dos ex detenidas por razones políticas durante la última dictadura cívico militar comprometieron a dos médicos como cómplices de las torturas sufridas durante su cautiverio en San Luis. Lo hicieron en el marco del segundo juicio por delitos de Lesa Humanidad que se lleva adelante en esa provincia. Entre ellos, se juzga al ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército Luciano Benjamín Menéndez.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Luis, las testigos María Ponce de Fernández e Isabel Catalina Garraza involucraron a los médicos Luis Scala (fallecido) y Victor Ernesto Moreno Recalde como cómplices de las torturas a las que fueron sometidas por oficiales del ejército y de las policías Federal y Provincial durante su cautiverio
María Ponce de Fernández recordó que fue sacada de su casa el 13 de julio de 1976 a las 3 de la mañana, cuando un grupo de tareas a cargo de Celso Juan Angel Borzalino ingreso "violentamente
por la puerta que se encontraba abierta, pues en esa época no la cerrabamos con llave" y "me arrastró de los pelos para llevarme presa".
En el domicilio quedaron, llorando, sus cuatro hijos de entre 17 y 7 años y su marido. "Nadie quiso hacerse cargo de los niños, ningún familiar fue solidario y mi marido se entregó al alcohol", recordó entre llantos la víctima. La mujer permaneció 15 días detenida en dependencias de la Policía Federal de San Luis, donde las torturas y vejaciones que recibió le produjeron hemorragias constantes y persistentes que no fueron atendidas por los médicos policiales en su momento.
"Me torturaban a cara descubierta en la oficina del jefe Di María y ante la presencia de Rosello, Borzalino y Palma, entre otros, no sé quién me pegaba más pero las palizas eran tremendas", dijo. "Estaba en tal estado por las golpizas que me daban, que en la penitenciaría no me quisieron recibir y me llevaron otra vez a la Federal, donde además de golpearme me hacían cocinar y limpiar", recordó.
Durante su estadía en la cárcel de encauzados contrajo fiebre tifoidea, al igual que Eva Gladys Orellano, pero a diferencia de ésta no fue atendida por su afección.
Si bien en octubre de 1977 realizó una denuncia por apremios ante un juez, esta no prosperó como tampoco fue notificada nunca de la causa o los cargos que motivaron su detención.
"En mi casa se hacían reuniones de la Juventud Peronista y yo participaba", recordó como única actividad ligada a la política por aquellos años y agregó "aún hoy yo me pregunto por qué". María recuperó su trabajo de enfermera luego de ser liberada por gestiones del actual abogado querellante de la APDH, filial San Luis, Norberto Foresti. "Pero me vigilaron hasta el regreso de la democracia", agregó.
La segunda testigo de la jornada fue Isabel Catalina Garraza, estudiante de Bioquímica de la Universidad Nacional de San Luis y trabajadora de la panadería que su familia explotaba al momento de su detención. Era novia del desaparecido Pedro Ledezma, tambien estudiante universitario y cuya causa siguen sus familiares en este juicio.
Según su relato fue detenida en dos oportunidades el 22 de setiembre de 1976 y luego en octubre del mismo año, en un operativo "de gran despliegue al mando del capitán Esteban Plá".
La víctima recordó que en su primera detención sólo recibió amenazas pero fue maltratada y torturada en la segunda por Lucero, Ricarrte, Moreno Recalde, Pla y Becerra". "Con vos está todo podrido", recordó que le decía Becerra luego de ser trasladada en un auto por largo tiempo y "haber sentido que cruzabamos las vías del tren", camino obligado al centro de torturas de la granja "La Amalia".
Isabel no pudo continuar su relato por la mañana, su estado de ánimo no se lo permitió por lo que el Tribunal pidio un cuarto intermedio para que se recuperara y posteriormente lo completó. Por la tarde se escuchó la declaración de Eriberto Díaz, quien dio un detalle de las torturas y tormentos a los que fue sometido "y que prefiero no recordar más porque cada vez que lo hago me hace sentir muy mal".
Destacó que como consecuencia de los maltratos recibidos perdió un importante porcentaje de su visión y ahora está enfermo de Mal de Parkinson, y en su relato dió nombres de personas a las que vió que eran torturadas como la señora María Luisa Ponce de Fernández, que declaró este mismo día por la mañana.
Señaló a Aníbal Franklin Olivera, quien estuvo detenido varios años, "como uno de los compañeros que delató" y citó como responsables de sus apremios ilegales a Borsalino. Correa, Carlos Garro, Fernández, Orozco y Ledezma entre otros, muchos de los cuales están procesados en esta causa.
Olivera, que es profesor de la Universidad Nacional de San Luis, es uno de los testigos que declarará en esta causa en los próximos días. La última testimonial del día estuvo a cargo de Elio Horacio Sosa, quien fue detenido el 1 de junio de 1977, y además de estar en comisarías y centros de torturas locales, fue trasladado a Sierra Chica y luego a La Plata, donde recuperó su libertad en
1979.
Reconoció como sus torturadores al ex jefe de policía Esteban Plá, "el colchón" Iglesias (dijo que no recordaba el nombre), Jorge Fernández y Luis Biaggio.
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