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Un hallazgo exclusivo de Infojus Noticias: un día después del atentado, el ex presidente Carlos Menem dio una entrevista a Bernardo Neustadt, en Tiempo Nuevo. Antes había estado -vía satélite- el primer ministro israelí Yitzhak Rabin. Ambos dieron una “versión coincidente del atentado”, tal como señala un cable enviado por la embajada argentina en Israel.
La noche del 19 de julio de 1994 –un día después del atentado a la AMIA- mientras los bomberos seguían buscando sobrevivientes entre los escombros, el entonces presidente Carlos Menem dio una entrevista a Bernardo Neustadt, en el programa Tiempo Nuevo. El periodista había regresado rápidamente desde Estados Unidos, donde estaba por motivos personales, para entrevistar al mandatario en el programa del día después. Unos minutos antes, también en Tiempo Nuevo, había estado vía satélite y en exclusiva el primer ministro israelí Yitzhak Rabin. Tanto él como Menem dieron una “versión coincidente del atentado”. Cumplieron lo expresado en un cable de la Embajada argentina en Israel, enviado pocas horas después del atentado.
El cable está fechado el 19 de julio de 1994 y fue enviado a las 2.50 de la madrugada en carácter de M (“muy urgente”) desde el despacho del entonces embajador argentino en Israel José María Valentín Otegui –quien lo firma- a la secretaría privada de la Cancillería argentina.
El cable advierte que en un avión de la fuerza aérea israelí se encuentra rumbo a Buenos Aires el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería de Israel, Dov Schmorak. “Hombre de relación personal y directa con el primer ministro Rabin”, describe el cable y continúa: “(Schmorak) ha sido designado para entrevistarse con el nivel más alto posible de nuestro gobierno”. Schmorak además había sido embajador en Argentina entre 1980 y 1985.
En el lenguaje escueto y sin pausas de los cables, el texto escrito en letras mayúsculas dice: “Para el gobierno israelí es importante coordinar con el nuestro versión coincidente del atentado –principalmente por impacto tendrá manera de presentar la cuestión ante opinión pública israelí-dado que partidos de oposición y algunos medios prensa están utilizando el hecho para atacar duramente política de paz gobierno Rabin”, señala el cable, revelando en qué medida, desde el primer momento, los intereses geopolíticos y la “coordinación de versiones coincidentes” primaron sobre la importancia de investigar conocer la verdad acerca de cómo fue el atentado.
En 2004, el periodista Horacio Verbitsky dio a conocer el contenido de ese cable y contó que Schmorak llegó la noche del martes 19 de julio con los investigadores del Mossad y los efectivos de la Unidad Nacional de Rescate de Israel que colaboraron en la búsqueda de sobrevivientes. Y tal como se había solicitado, fue recibido por Menem.
A solicitud de los familiares nucleados en Memoria Activa, el Tribunal Oral Federal 2 incorporó esa nota como prueba en el juicio en el que Menem encabeza la lista de 13 acusados de desviar la investigación del atentado. “Entendemos que contribuye al entendimiento de la maniobra de encubrimiento que se visualizó a pocos días, horas, del atentado”, dijo Alejandro Rúa, uno de los abogados que encabeza esa querella.
Este año, Verbitsky volvió a hablar de este cable en una nota que publicó el 18 de enero con motivo de la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman por la firma del Memorandum de Entendimiento que intentaba avanzar en la indagatoria de los acusados iraníes. Contó que cuando dio a conocer ese cable, el ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja, le preguntó si tenía más información, para saber si habían sido “títeres de un juego macabro por parte de ambos gobiernos”. Y además le confirmó al periodista que tres días después de la llegada de Schmorak “Menem insistía que de confirmarse las presunciones debían cortarse las relaciones con Irán en forma inmediata”.
Este jueves, en el juicio por el encubrimiento del atentado, Beraja tendrá oportunidad de dar más detalles sobre esta versión ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2 que lo juzgan porque conocía y consintió el desvió la investigación.
Intereses compartidos
Habían acordado la versión más afín a sus intereses y el periodista más cercano al gobierno argentino brindó la plataforma para su difusión. Neustadt había regresado esa mañana de Estados Unidos para dar a conocer en su programa la versión oficial. A las diez de la noche, abrió el programa exculpando al presidente argentino. “Este no es un problema de que la culpa la tiene Menem porque es árabe, porque quiere a los judíos o qué se yo”, apuntó. Después, durante la entrevista con el ex presidente –desde la residencia de Olivos- fue consecuente.
“El primer ministro de Israel tiene un concepto que a lo mejor le va a servir”, dijo el periodista. En el cable enviado desde Israel había quedado plasmada esta posibilidad. “Asentimiento primer ministro (Rabin) para aparición conjunta con sr. presidente (Menem) en programa Neustadt”, dice el cable enviado por Otegui. Después hizo explícito el interés de la máxima autoridad local: “A nuestro gobierno le resulta positiva dicha presentación”. No era un favor, para Israel también era necesario consolidar esta versión.
“El presidente Menem nos apoyó en el proceso de paz (con Siria) y prometió solemnemente ayudar a descubrir a los culpables. También nos pidió mantenernos unidos en la búsqueda de estos asesinos. Nosotros ya estamos duchos en la lucha contra el HEZBOLLAH, contra el HAMAS, y contra el YIHAD ISLAMICO”, dijo el primer ministro Rabin en Tiempo Nuevo.
El contexto internacional
En mitad de la entrevista con Menem, el conductor presentó un breve diálogo con el primer ministro israelí Rabin. Fue él quien dio la clave de los intereses en común. En la entrevista hizo referencia a la política de paz que impulsaba en ese momento en Medio Oriente, con el apoyo de los Estados Unidos.
-¿Cuáles eran los intereses que compartían Argentina e Israel, en ese momento? – le preguntó Infojus Noticias a Horacio Lutzky, autor de Brindando sobre los escombros, una investigación sobre la trama geopolítica que se vincula con el atentado.
-En ese momento Estados Unidos invirtió muchos esfuerzos para que Israel negociara la paz con Siria. Se llegó incluso a hablar de la posibilidad de que se retiraran del territorio conocido como los Altos del Golán (ganado por Israel a Siria en la Guerra de los Seis días). Y Menem encarnaba la política de las relaciones carnales, era un peón de los Estados Unidos-, explicó Lutzky.
Menem también atribuyó el ataque a estas negociaciones. “Este presidente fue el primero de este país, de nuestro querido país, en visitar Israel y apoyar el proceso de paz que se esta llevando a cabo, quizás este sea uno de los factores que desencadenó o desencadenaron estos dos atentados que tanto dolor nos ha causado”, dijo.
Aliados de la versión “oficializada”
Casi al finalizar la entrevista Menem sumó un destinatario local para los agradecimientos. “Quiero agradecerle al señor y amigo presidente de la DAIA por sus expresiones”. Esa noche, el entonces presidente de la DAIA Rubén Beraja –hoy imputado en el juicio por el encubrimiento del atentado- había estado en el piso.
Beraja habló del “amor” que Menem tenía hacía la comunidad judía en argentina. Y dijo que la sociedad “puede sentirse satisfecha de tener un presidente que es descendiente de inmigrantes que no representa una mayoría religiosa”. Describió al gobierno de Menem como un ejemplo para el mundo. Habían pasado dos años del atentado en la Embajada de Israel, y la investigación seguía sin resultados.
Neustadt no pudo eludir el tema. “Todavía no sabemos si en la embajada de Israel se trató de un comando suicida, de un kamikaze que se metió con explosivos e hizo volar la embajada, pero esto sigue la investigación”, dijo Menem. Y aclaró que en la pesquisa “intervinieron no sólo las fuerzas de seguridad de Argentina, sino también los servicios de inteligencia de Israel, Francia, España, la CIA”. Los mismos que, según mencionó, colaborarían en la investigación del atentado a la AMIA.
Hoy Menem enfrenta un juicio por el encubrimiento de ataque. Está acusado por instigar el desvío de la investigación que podría llevar a la llamada “pista siria”.
MB/DM/MEL
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