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Se trata de Alberto Rey Pardellas, uno de los jefes del Batallón de Comunicaciones 181. Se le imputa además un homicidio y tres casos de lesiones. Para los fiscales que investigan los crímenes cometidos en ese centro de operaciones, el ex militar tenía un rol estratégico y fue visto por varios testigos en distintos operativos de la represión ilegal.
El Batallón de Comunicaciones 181 de Bahía Blanca fue uno de los epicentros de la represión en la puerta de entrada a la Patagonia. Allí funcionaba, entre otras, la compañía de Combate: un grupo de tareas especializado que pertenecía al Ejército. Uno de los jefes del Batallón, Alberto Daniel Rey Pardellas, de 69 años, fue detenido en Buenos Aires y hoy lo indagaron en Bahía Blanca. “No fue una detención más, porque Rey Pardellas ocupó un lugar estratégico, con capacidad de mando. Fue jefe de compañía, y tenía tropas y oficiales a cargo”, dijo a Infojus Noticias Miguel Palazzani, integrante junto a José Nebbia de la Unidad Fiscal que interviene en crímenes de terrorismo de Estado en esa zona.
La indagatoria fue en el juzgado federal y, según fuentes judiciales, el represor se exculpó: dijo que nunca supo de los delitos de lesa humanidad por los que se encuentra imputado. Rey Pardellas está acusado por su presunta participación en 90 casos de secuestros y tormentos, un homicidio y tres casos de lesiones gravísimas, en el marco de una asociación ilícita en el ámbito del V Cuerpo del Ejército. El ex militar fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en la localidad de La Reja, partido de Moreno, en el oeste del Gran Buenos Aires. La medida se concretó en la vía pública, en la calle Martínez de Hoz al 2600.
El represor, según informó la Unidad Fiscal, fue visto por diferentes testigos en operativos de la represión ilegal. Habría encabezado secuestros de líderes políticos y sindicales. Su captura no fue un hecho aislado: es el decimosexto detenido en el marco de las imputaciones realizadas por los fiscales Palazzani y Nebbia entre octubre y diciembre del año. “La detención evidenció una vez el rol del Batallón en la región. Hicimos visible cómo operó en la articulación de la represión, y esta línea investigativa corresponde a una nueva causa sobre el Ejército que verá luz en un próximo juicio”. En efecto, de los dieciséis detenidos, once son ex integrantes del Batallón de Comunicaciones 181, dos del Comando del V Cuerpo del Ejército, dos del Batallón de Arsenales 181 de Pigüé y un policía de la Unidad Regional V.
El rol del Ejército ya fue explorado en otras causas. Actualmente, se desarrolla el tercer juicio por delitos de lesa humanidad en la región en el que son juzgadas 25 personas por hechos cometidos por la Armada. Entre otros casos, está el asesinato de los trabajadores gráficos del diario La Nueva Provincia Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola.
Los cabecillas de la represión
Entre los detenidos, aparecen varios que cumplieron un rol jerárquico en el Batallón. Está el caso de Diego Horacio Landa, ex jefe de personal e imputado por crímenes de lesa humanidad contra 40 víctimas entre enero de 1977 y enero de 1979. El de Eduardo Carlos Videla, también ex jefe de compañía del 181, acusado por su participación en 52 casos de secuestros y torturas y un hecho de violencia sexual contra víctimas de la ciudad de Bahía Blanca y de localidades cercanas.
Además, aparece el represor Alejandro Lawless- quien estaba prófugo desde noviembre de 2013-, imputado por 26 privaciones ilegales de la libertad, y por los delitos de tormentos y homicidio agravado cometidos entre 1976 y 1977, cuando integraba la plana mayor del Batallón de Comunicaciones 181. Allí ocupó sucesivamente las jefaturas de la Compañía de Comunicaciones y Comando y de la Sección Arsenales. Este represor también está procesado en la causa 1103 conocida como “Fracassi" que está actualmente en juicio oral.
Otro de los cabecillas del Batallón que fue detenido es Vicente Alfredo Flores, imputado como autor mediato en 34 casos de privaciones ilegales de la libertad y tormentos, y en delitos sexuales perpetrados contra, al menos, seis mujeres en varios centros clandestinos de detención de Bahía Blanca. En este sentido, ocupó un lugar estratégico como jefe del Grupo Antiguerrilla en la Compañía Combate, que en 1977 pasó a denominarse “Compañía A”.
Los fiscales ponderaron esta serie de detenciones para entender "la dimensión del rol que adquirió el Batallón de Comunicaciones 181 en el marco del plan de exterminio" y "el nivel de preparación, especialización y compromiso de su personal en el ámbito criminal no sólo en Bahía Blanca sino como grupo que participó en otros territorios", el cual -consideraron- "termina de comprenderse frente a la existencia de un grupo numeroso de integrantes del mismo que, durante los años 1975 y 1976, fue enviado a la provincia de Tucumán para combatir en el marco del Operativo 'Independencia'".
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