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Sergio Burstein fue el primero de los testigos y querellantes que se sentó frente al Tribunal Oral Federal N° 2, en el juicio por las irregularidades de la investigación del atentado en la AMIA. Esta mañana, recordó que al momento del ataque a la mutual estaba separado de Rita Worona. La madre de sus dos hijos mayores trabajaba en la sede en el sector sepelios y falleció en la explosión. Burstein acusó hoy al ex juez Juan José Galeano de  haber armado “una farsa” con la causa del atentado y a la dirigencia de la comunidad judía, por haber “usado” a los familiares de las víctimas. “Asumimos que todo era una farsa, el juicio (del atentado) no se nos cayó porque pagaron. Se cayó porque era todo mentira”, lamentó el testigo. “Hoy estamos acá juzgando a los que les importaron tres pitos los 85 muertos. Son unos cobardes”, dijo Burstein. Entonces buscó a Galeano entre los acusados y le habló directamente: “Vos sabés bien lo que hiciste”.

"Nadie podía salir de ahí con vida"

En una charla que había mantenido con su ex mujer días antes del atentado, Rita le dijo que estaba preocupada por las reiteradas amenazas telefónicas a la mutual, que habían llevado a desalojar el edificio. Burstein le dijo que no había de qué preocuparse. “Tenía razón, lo vio venir y no le hice caso” expresó hoy ante el tribunal.

Después, contó que apenas se enteró del atentado, se dirigió a la calle Pasteur en busca de Worona. Recordó que a medida que se iba acercando a la sede de la mutual, acompañado de su hija, el polvo y el olor eran muy fuertes. “Cuando llegué al edificio me di cuenta de que nadie podía salir de ahí con vida”.

“Parecía que la víctima era Galeano”

En 1997, tres años después del ataque, Burstein adhirió a la querella unificada con la dirigencia comunitaria AMIA DAIA en la causa en la que se investigó el atentado. Hasta 2012, participó de esa querella. Entonces, las autoridades de la DAIA decidieron expulsarlo del acto aniversario, por diferencias políticas; y Burstein, junto a otros familiares, se nuclearon en la asociación conocida como 18J, con la que ahora forma parte de las seis querellas en el juicio por el encubrimiento.

“Nosotros creíamos firmemente, no sospechábamos que más allá de las injerencias políticas toda esta causa estaba atada con alambre. Resulta que no solo existió  el pago, sino que se había dejado la única pista seria que había, la siria, contra Alberto Kanoore Edul”, afirmó. Esa convicción, dijo, lo acompañó aun durante el juicio por el atentado ante el TOF3, que tenía como imputados con pruebas falsas a un grupo de policías de la Bonaerense. Por entonces confiaba en Galeano, el juez que instruía la causa: “Siempre tuvo las puertas abiertas de su despacho para los familiares”. Sin embargo, señaló que las conversaciones con el juez no siempre eran amables. “Parecía que la víctima era él”, dijo e hizo una pausa en el relato. Galeano estaba sentado en la sala, a unos metros, en el banquillo de los acusados. Burstein lo miró a los ojos y le dijo: “Nos mentiste en la cara. Nunca diste el nombre de quienes te presionaron”.

El papel de la dirigencia comunitaria

También hizo referencia al papel de la dirigencia comunitaria en las irregularidades cometidas durante la investigación. Señaló el acto del tercer aniversario del atentado como un quiebre en su relación con AMIA y DAIA. Fue el año del histórico discurso “yo acuso”, que denunciaba las irregularidades en la investigación. Terminó con silbidos de la multitud y el alejamiento definitivo de un grupo, después que los dirigentes fueran a pedir disculpas al gobierno de Menem porque los familiares denunciaron la falta de investigación.

“¿Cómo íbamos a dudar de que pudieran engañarnos nuestras instituciones? Querían convencernos de cosas que no eran verdad. Y no solo de los 400 mil dólares”, dijo Burstein. A su vez, señaló que luego de hacerse público el pago a Carlos Telleldín para que involucrara a los policías de la Bonaerense, en una reunión de la comisión directiva en la cual se discutía si se acusaría a Rubén Beraja –ex titular de la DAIA-, el abogado Miguel Bronfman dijo “¿Qué tanto lío con el tema del pago? ¿Quién no sabía?”.

”Nosotros no sabíamos nada, las instituciones nos usaron para poner la chapa de familiares. Nos usaron. No tengo ninguna duda” dijo Burstein. También agregó que esas reuniones solían grabarse, razón por la que la querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos pidió que se solicite el material a la entidad para incorporarlo como prueba en el debate.

Escuchas ilegales: sin preguntas

Muchas de las preguntas de los abogados hicieron referencia a la causa sobre escuchas ilegales, que tienen a Burstein como querellante, a Mauricio Macri y al también imputado en este juicio “Fino” Palacios, procesados.  El Tribunal, sin embargo, entendió que esa línea de interrogación se desviaba del encubrimiento del atentado y no admitieron preguntas al respecto.

Más pruebas: los cables de Wikileaks

La querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, pidió  también que se incorporen como prueba los cables completos de Wikileaks, cuya versión editada fue publicada por el periodista Santiago O’ Donnell. Ese material podría dar cuenta del vínculo de dirigentes de la comunidad judía, del ex fiscal Alberto Nisman y la Embajada de los Estados Unidos, en torno a ciertos intentos de entorpecer la investigación del atentado.

El próximo 3 de diciembre, están citados a declarar Juan y Olga Degtiar (padre de Christian), familiares de la asociación 18J.

DM/MEL