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Como un homenaje a la memoria de su amiga y militante Claudia Pía Baudracco y un aporte a la memoria colectiva trans, Patricia Rasmussen trabaja desde hace meses en el documental “Si te viera tu madre. Huellas de una leona”. Infojus Noticias la entrevistó.
Claudia Pía Baudracco fue una militante trans considerada por sus compañeras como una embajadora de la ley de identidad de género. En la década del ‘80, cuando las trans eran detenidas por el solo hecho de caminar por la calle, las encerraban durante 30 días y se les cortaba el pelo para “adaptarlas”. En esa época Pía ya estaba instruida en los mecanismos para salir más rápido: a través de un amparo.
Miembra fundadora de la Asociación de Travestis Transgénero y Transexuales de Argentina (Attta, que en sus comienzos tenía una sola T), Pía viajó por el país, se plantó frente a quien se le cruzara en su búsqueda de igualdad de derechos y avanzó hasta que la Ley de Identidad de Género fue una realidad. Por ir así al frente, se ganó el apodo de Leona.
Una tarde Patricia Rasmussen corría con un patrullero detrás y se la cruzó a Pía, que la contuvo en su casa. Desde entonces siguieron un camino de militancia juntas, hasta su muerte en marzo de 2012, y como un homenaje a la memoria de su amiga, y un aporte a la memoria colectiva trans, Patricia trabaja desde hace meses en el documental “Si te viera tu madre. Huellas de una leona”.
El documental tiene guión de María Marta Aversa (una académica que trabaja en la biografía de Pía), lo dirige Andrés Rubiño (director del mediometraje realizado en 2003 “Identidad trans”) y lo protagoniza Patricia, que habló con Infojus Noticias sobre la experiencia de reconstruir la vida militante de su amiga, cuya presentación está pensada para cuando se cumpla un año de su muerte.
- ¿Dónde nace esta historia de militancia?
- A través de Pía conocí a la abogada Susana Valle, que fue la que nos enseñó a hacer recursos de amparo cuando nos detenían. De esta manera estábamos muy poco en la cárcel, y eso fue lo que Pía enseñó por todo el país. En ese momento, en la época del “innombrable” en los 90, empezamos a hacer sentadas con Susana y Maria Rachid frente de las comisarías. Llevábamos unos carteles que decían “nos sentamos para poder caminar”. Así exigíamos que soltaran a nuestras compañeras y así empezó a formarse Attta, que en ese momento solo tenía una t. También por entonces decidimos participar en la marcha del orgullo, a pesar de haber sido excluida de la bandera de la diversidad nuestro colores: el fucsia y el turquesa . Por eso decidimos usarlos para nuestro logo.
¿De qué trata el documental?
- Pía se encargó de tener en cada provincia alguna compañera para representar nuestros derechos. Llegó a mi casa en Mar del Plata con esa propuesta en el año 98 y ahí empecé a militar acá. Era y sigue siendo muy difícil, pero ahora tenemos una mesa de Diversidad sexual entre otros logros. El documental es un recorrido por esas provincias a las que iba Pía en busca de representantes. Me acuerdo que en una época el primer paso era acercar a las compañeras detenidas una frazada, una pava de medio litro, yerba, azúcar y unos sándwiches.
- ¿Te acordás del primer día que viste a Pía?
- Fue en la década del 80, cuando todavía era una adolescente. Yo tenía 16 y ella 21 años cuando nos cruzamos en la calle: a mí me estaba corriendo atrás un patrullero y ella me llevo a su casa, en el edificio donde vivía con su madre y dos hermanos. Después empezamos a prostituirnos juntas y surgió una amistad grande al punto que al poco tiempo yo estaba viviendo en la casa con su madre. Después nos fuimos a Uruguay porque la situación era insostenible en ese momento, éramos muy perseguidas y detenidas constantemente.
- Después de la Ley de Identidad de Género ¿cuáles son los desafíos trans?
- El trabajo, porque si bien es un tema preocupante para todo el país, para nosotras que somos tan pocas quizá podría verse de analizar alguna forma de inclusión particular. Ahora, aunque tenemos documento de mujer, muchas tenemos que seguir trabajando de la prostitución. A mí no me gusta decir prostitutas sino personas en riesgo de prostitución, porque al 80 por ciento de las compañeras no les gusta pero lo hace porque a veces no hay otra salida económica. Otro tema es la educación: hay que entender que sin educación no vamos a lograr nada. Con trabajo y educación podremos demostrarle a la sociedad que no solo servimos para pararnos en una esquina.
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