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La abogada peruana Julissa Mantilla Falcón encabezó la investigación de los crímenes de violencia sexual contra las mujeres en Perú y luego en Colombia. Dijo que los delitos sexuales que sufren las mujeres “son súper difíciles de investigar" y que "todas las mujeres probablemente hemos sufrido algún tipo de acoso sexual y está tan naturalizado que la gente ya no reclama por eso".
La abogada peruana Julissa Mantilla Falcón habla pausado y con determinación. Asesora Internacional en Justicia Transicional con perspectiva de género para Naciones Unidas en la oficina regional Perú y Colombia, visitó Buenos Aires donde expuso sus experiencia profesional en el primer panel de la jornada de Derecho y Género, de la Universidad de La Matanza, con el auspicio de Infojus. Femenina y de gestos delicados se atrevió a mirar el horror de cerca. Fue la encargada de la investigación de los crímenes de violencia sexual contra las mujeres en el conflicto peruano, que se dio entre 1980 y 2000 y los que sucedieron en el conflicto armado colombiano. Especialista en temas de justicia, derechos humanos, justicia transicional y género, habló con Infojus Noticias sobre sus experiencias y la importancia de la prevención y la educación.
Mantilla Falcón es especialista en justicia transicional, que es el ámbito de la recuperación de la verdad, la memoria, la reparación, la reconciliación y la justicia. Y fue ahí donde vio que la perspectiva de género no fue una prioridad hasta la comisión sudafricana. “Cuando se habla de tortura, no se puede hablar en general, porque es diferente la forma como sufren los hombres y las mujeres, la manera en que los afecta y la propuesta de reparación que tienen que recibir”, explicó. “Tradicionalmente el enfoque de investigación en derechos humanos era aparentemente neutral, pero no era así porque dejaba de lado las mujeres. Las excluía tanto como víctimas como agresoras. Entonces las comisiones de la verdad han trabajo e incorporado perspectivas diferenciadas y eso los ve mucho por ejemplo en el caso Colombia, que está en un proceso de paz, se está planteando la creación de la comisión de verdad y ya ha creado una comisión de esclarecimiento histórico. Y en esos procesos se está tratando de priorizar lo que sucede con las mujeres”, describió.
Delitos contra la integridad sexual
Los delitos sexuales que sufren las mujeres “son súper difíciles de investigar y de entender el alcance que tienen”, describió Mantilla Falcón. “Ya la gente, más o menos, no te discute una violación sexual, pero la violencia sexual va más allá de una violación. Esta está limitada a la penetración, pero formas de agresión como acoso sexual o amenaza de violación, o el desnudo forzado, que son más difíciles de constatar como una violación de los derechos humanos, están muy naturalizadas”, describió.
“La violencia sexual pasa en la democracia como en la dictadura, en la paz como en el conflictos. Hay acoso sexual callejero, todo el tiempo. Todas las mujeres probablemente hemos sufrido algún tipo de acoso sexual y está tan naturalizado que la gente ya no reclama por eso, no lo ve como algo tan prioritario. Es difícil visibilizar que eso son agresiones y que deben ser investigadas como tales”, describió.
Concientizar, la clave
La importancia de visibilizar la violación sexual, la violencia sexual y buscar sanción para los agresores, son fundamentales para Mantilla Falcón, pero también los trabajos de prevención. “A las mujeres se nos cría para protegernos de la violación. Nos dicen ‘no vayas por ahí’, ‘no te vistas así’, ‘tene cuidado si salís’, pero nadie habla con los hombres cuando están creciendo y les dice: ‘no debes violar’, ‘no debes acosar’. Nadie habla con los hombres y este es un trabajo muy importante”, sostuvo.
En segundo lugar destacó la importancia de un trabajo interdisciplinario para investigar estos delitos, “no es solamente el tema legal, hay un tema de salud mental y también antropológico. No es lo mismo una violación a una mujer urbana, que a una mujer rural, que una mujer indígena, entonces tiene que haber una voluntad política del Estado para querer solucionarlo. Es importante tener presupuestos específicos de capacitación a jueces, fiscales, en los colegios y demás”, agregó.
¿Una reparación posible?
Julissa, que trabajó con las mujeres víctimas y es una especialista en el área de reparación explicó a Infojus Noticias que “es muy difícil tener un solo modelo de reparación o decir ‘esto es lo que las mujeres necesitan’”. Para ella es importante que en las medidas de reparación y en el diseño de ellas “participen las víctimas. Se les tiene que preguntar a las mujeres. Y ahí uno empieza a ver las dificultades y las complejidades. Hay mujeres que te van a decir, ´yo quiero que el agresor se vaya a la cárcel’, y otras van a decir que no. Entonces porque no empezar a escuchar a las víctimas y ver qué es lo que necesitan”, detalló.
Otro tema importante es que a consecuencia de la violación nacen niños. Entonces, la pregunta inevitable es saber qué pasa con ello. “Muchas mujeres en el caso colombiano piden que les ayuden a explicarle a los hijos la historia. Una forma de justicia es decir: ‘yo quiero explicarle la historia, pero quiero que la entienda, que vea que no fue mi culpa’”, sostuvo. Y agregó: “Porque las mujeres tienen que cargar con la violación, con el embarazo, la maternidad, el estigma y encima contarle y ser criticada”.
Sobre el estigma y las denuncias de los delitos, Mantilla Falcón explicó que “está probado por estudios de Naciones Unidas que las mujeres que denuncian violaciones abandonan el proceso”. “Yo estoy a favor de la iniciativa pública para investigar el delito, pero también si paralelamente se empieza a decir: ‘vamos a mejorar la situación económica’, ‘vamos a mejorar la salud’, se está avanzando por otros lados. Por el tema de la prevención. Castiguemos a los violadores, pero hagamos prevención para que no pase. Es un trabajo de educación que es importante y va más allá del derecho. Las mujeres esperamos más del derecho penal que lo que el derecho penal nos puede dar”.
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